El destino jalisciense es hogar de la tortuga más pequeña del mundo, una especie endémica conocida coloquialmente como tortuga casquito
En el corazón de Puerto Vallarta, donde la selva abraza al mar y la vida fluye en cada rincón, un pequeño habitante se convierte hoy en símbolo de esperanza: la tortuga casquito. Este diminuto reptil de caparazón oscuro y ojos curiosos —catalogado en peligro de extinción— ha encontrado en la renovada Laguna Tomasa un refugio para comenzar una nueva historia.
La tortuga de lodo vallartense –mejor conocida como casquito–, de movimientos pausados pero llenos de determinación, forma parte de la riqueza natural que distingue a Puerto Vallarta. Su presencia habla de equilibrio, de resiliencia y de la importancia de proteger los ecosistemas que dan vida al destino.
Por ello, la rehabilitación de la Laguna Tomasa se ha convertido en un proyecto prioritario rumbo a 2026, un esfuerzo que busca no sólo recuperar este emblemático cuerpo de agua, sino también garantizar la conservación de los espacios que conforman el hábitat natural de esta especie.
En coordinación con el grupo Estudiantes Conservando la Naturaleza y residentes comprometidos con su comunidad, Puerto Vallarta impulsa la transformación de la laguna en un parque ecológico donde la biodiversidad local pueda florecer.
La reciente liberación de seis tortugas casquito marca el inicio de una etapa llena de ilusión y trabajo conjunto, un gesto simbólico que reafirma el compromiso del destino con la sostenibilidad y la protección de sus especies endémicas y recursos naturales.
Estas pequeñas tortugas avanzan lentamente hacia el agua, recordándonos que toda acción, por pequeña que parezca, suma para construir un gran futuro. Con cada ejemplar que regresa a su entorno natural, Puerto Vallarta reafirma que es un destino que no solo celebra su belleza, sino que la cuida, la respeta y la preserva para las generaciones por venir.
La rehabilitación de la Laguna Tomasa es muestra clara de la visión de Puerto Vallarta como destino sostenible. Además de su valor para la conservación del entorno y la protección del hábitat de la tortuga casquito, este proyecto generará un espacio recreativo natural para la población, con el cual se busca mantener la conexión entre comunidad y medio ambiente.
