Un grupo de 50 hombres emprendió esta travesía espiritual, cargada de fe y tradición, con el propósito de participar en el recorrido anual que fortalece su compromiso religioso
El contingente de antorchistas misioneros guadalupanos partió de Puerto Vallarta rumbo a la Basílica de Guadalupe en la Ciudad de México, dando inicio a su misión número 49.
Un grupo de 50 hombres emprendió esta travesía espiritual, cargada de fe y tradición, con el propósito de participar en el recorrido anual que fortalece su compromiso religioso. Este martes comenzaron ya el retorno desde el Templo Sagrado de la Morenita del Tepeyac hacia Puerto Vallarta, llevando consigo la encomienda de traer a este puerto la luz de Cristo.
A lo largo de los casi 1,300 kilómetros de recorrido, los antorchistas comparten su testimonio, su devoción y su experiencia con decenas de miles de personas que los reciben en los diferentes poblados por los que pasan, como ocurre año con año.
Este camino, lleno de muestras de apoyo y acompañamiento, consolida una de las tradiciones más queridas por la comunidad vallartense y por quienes ven en los misioneros un símbolo de fe y esperanza renovada.
La misión 49 tiene un significado especial, pues es la antesala a la misión 50, que se anticipa será la más grande en la historia de este grupo de antorchistas.
Con el deseo de que regresen con bien y con el fuego de la esperanza, se espera que arriben el próximo viernes 12 de diciembre a las 7 de la tarde a la Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, en el centro de Puerto Vallarta, donde serán recibidos por la comunidad en un emotivo encuentro de fe.
