En medio del lodazal y el caos provocado por las recientes inundaciones (¡700 viviendas afectadas, nada más!), la clase política local nos ofrece un espectáculo digno de circo romano. Mientras los vallartenses intentan rescatar lo poco que les queda, nuestros «servidores públicos» se debaten entre la pose de salvadores y el oportunismo electoral.


INFORME FANTASMA
El Senador Lomelí y el Informe Fantasma: Carlos Lomelí, senador por Jalisco, ha tenido a bien «suspender» su informe de actividades, programado con bombos y platillos para el 18 de octubre. ¡Qué generosidad! En lugar de derrochar entre 100 y 150 mil pesos en un evento que, seamos honestos, a nadie le importa, el senador ha decidido «donar» esa suma a los damnificados. Uno aplaudiría el gesto si no fuera tan evidente la intención de lavar su imagen. ¿Acaso pensaba rifar televisiones y despensas para ganarse el cariño del pueblo?
El Plan DN-III-E y la CPAC al Rescate (¡Al Fin!): Según Lomelí, el Plan DN-III-E se aplicó «desde hace días» y la CPAC ya está valorando los daños. ¡Qué eficiencia! Uno se pregunta si «hace días» significa «después de que las cámaras de televisión captaron la magnitud de la tragedia». Más vale tarde que nunca, supongo.
EL CENTRO DE ACOPIO
Morena se Convierte en Centro de Acopio: Érika Pérez, presidenta estatal de Morena, ha recibido la encomienda de convertir las oficinas del partido en un centro de acopio. ¡Brillante idea! Ahora solo falta que los militantes dejen de lado sus rencillas internas y se pongan a trabajar en serio. Y, por favor, que alguien les explique que no se trata de recolectar propaganda electoral.
LLAMADO
(¡A Ver Quién Responde!): Lomelí también ha hecho un llamado a las cámaras empresariales y a las ONG para que se sumen a la iniciativa. ¡Qué bonito es pedir! Esperemos que los empresarios no aprovechen la oportunidad para deducir impuestos y que las ONG no se queden con la mitad de las donaciones.
El Discurso Meloso y la Realidad Cruda: «Este es el momento de tenderle la mano a nuestro puerto», exclama Lomelí con voz de tenor. ¡Qué conmovedor! Lástima que sus palabras suenen huecas cuando contrastan con la inacción y la burocracia que han caracterizado la respuesta del gobierno ante la emergencia.
CONCLUSIÓN
En fin, señoras y señores, mientras las víboras políticas se enroscan en busca de una tajada de protagonismo, los vallartenses siguen luchando contra el agua, el lodo y la indiferencia. Esperemos que, al final, la solidaridad genuina prevalezca sobre la demagogia barata. Y si no, al menos que nos quede el consuelo de reírnos un rato de las ocurrencias de nuestros políticos.
¡Salud y buen fin de semana!
