
¡Ay, Virgen de Guadalupe, ¡qué susto con Priscilla y sus olas traviesas! Resulta que el huracán, con su fuerte oleaje, y la repentina fuga de un tubo de cárcamo, decidieron jugarnos una broma pesada en Puerto Vallarta. ¡Cierres por aquí, cierres por allá! El centro y la zona de Las Glorias parecían laberintos diseñados por el mismísimo Tláloc.
EL CAOS
En Las Glorias, el mar se puso creativo y, aprovechando las salidas pluviales, ¡zas!, invadió la avenida Francisco Medina Ascencio. La lateral, en sentido de sur a norte, quedó convertida en una alberca improvisada. Los elementos de Tránsito, con paciencia de santo, se dedicaron a dirigir el tráfico como si fueran directores de orquesta en medio del caos.
ALMAS DESPISTADAS
Mientras tanto, en el corazón de Vallarta, el malecón se defendía como gato panza arriba. Cerraron el acceso vehicular entre las calles Morelos y Corona para evitar que los coches se convirtieran en submarinos. Las unidades de vigilancia, con gasolina en el tanque y nervios de acero, patrullaban la zona, listos para auxiliar a cualquier alma despistada.
DE DIEZ, PROTECCION CIVIL
Pero, ¡ojo!, los verdaderos héroes de esta película fueron los elementos de Protección Civil, liderados por el mismísimo Misael López Muro. ¡Esos sí que se fajaron! Aunque también se esforzaron la subdirectora de Tránsito Municipal, Katia Vargas Guillén y el
Comisarió de Seguridad Pública Municipal, Eduardo Horacio Llanas Cuevas, que la próxima vez que lo veamos le preguntaremos si ya están funcionando los radios y mejor aún, si ya tienen en regla el armamento.
Afortunadamente, nuestra querida Vallarta tiene un ángel de la guarda. Gracias a nuestra ubicación geográfica privilegiada, los embates de la naturaleza no nos han pegado tan duro. Recordamos con respeto a Patricia, Lidia y Kenna, que nos dejaron algunos rasguños, pero nada que no pudiéramos solucionar con una manita de gato.
SACUDIDA AL MALECÓN
Kenna, eso sí, se puso un poco más ruda y le dio una buena sacudida al malecón. Tanto así que Salvador González Resendiz ordenó su remodelación, ¡cuatro fracturas no son cualquier cosa! Pero recordemos que nuestro malecón es como un escudo protector contra las olas enfurecidas.
VALLARTA ESTÁ DE PIE
Y como en aquellos tiempos, el agua también hizo de las suyas en Las Glorias, llegando hasta donde antes estaba el Blockbuster. ¡Qué tiempos aquellos! Pero bueno, como siempre decimos por aquí: ¡Vallarta está de pie! Así que, visitantes, no se me asusten. Los que vivimos aquí ya estamos curados de espanto y hasta le sacamos el lado bueno a estos pequeños dramas.