
La temporada de anidación de tortugas marinas en las costas del Pacífico mexicano ha llegado a su pico más alto
De junio a diciembre, algunas especies de tortugas marinas –principalmente la Lepidochelys olivácea o golfina– llegan a anidar a las playas de Puerto Vallarta. Esta no es la primera vez que se arrastran por la arena dorada del puerto jalisciense; en realidad, las tortugas marinas hembra regresan a depositar sus huevos en la misma playa de la cual emergieron.
Sí, regresan, porque una vez que salen del cascarón y suben a la superficie, no se quedan a vivir en la misma zona; se encaminan al mar y emprenden una larga travesía marítima hacia zonas pelágicas, ya que alejadas de la costa encuentran mayor seguridad. No será hasta alcanzada la madurez sexual cuando las hembras vuelvan a su lugar de origen para perpetuar la especie.
Este periplo dura aproximadamente siete años y, con tantos peligros que hay dentro del mar, muy pocas logran regresar para completar el ciclo. Al volver, salen a la playa para excavar nidos en la arena utilizando sus aletas, donde depositan decenas de huevos. Una vez terminado el desove, la madre cubre el nido con arena y regresa al mar sin saber lo que será de sus crías.
Transcurrido un mes y medio aproximadamente, los huevos eclosionan bajo la arena y las tortugas recién nacidas tienen que abrirse paso hasta la superficie y después arrastrarse hasta el mar. Desde que emergen, están expuestas a múltiples depredadores, desde mapaches, perros e incluso humanos que saquean los nidos para comerse los huevos, hasta aves, cangrejos y peces que devoran a las tortuguitas durante su ingreso al mar.
Se calcula que de cada mil crías de tortuga marina que nacen, sólo una logra sobrevivir. Por ello, existen campamentos tortugueros en las playas de Puerto Vallarta dedicados a proteger los nidos durante el proceso de anidación, incubación, eclosión e ingreso de las crías al mar.
En estos campamentos viven biólogos y voluntarios que salen cada noche a buscar los nidos y, al localizarlos, los reubican en corrales de incubación para mantenerlos seguros. El periodo de desarrollo embrionario de un nido de tortuga golfina dura aproximadamente entre 45 y 60 días, variando principalmente según la temperatura de la arena. Las temperaturas más cálidas de la arena tienden a acelerar el proceso, mientras que las más frías lo ralentizan; además, la temperatura también influye en la determinación del sexo de las crías.
Al eclosionar, los encargados de los campamentos las “liberan”, es decir, las acercan un poco a la orilla del mar y se aseguran de que lleguen sanas y salvas al agua. En Puerto Vallarta, es posible participar tanto en los patrullajes nocturnos para la búsqueda de nidos como en las liberaciones de las pequeñas tortuguitas.
Considerando que ahora es el momento de la temporada en que más tortugas vienen a depositar sus nidos y que la incubación dura alrededor de mes y medio, los meses de octubre y noviembre son ideales para visitar Puerto Vallarta si lo que quieres es participar en una de estas liberaciones.